El Centro de Educación Ambiental Can Coll pertenece al Consorci del Parc Natural de Collserola. Es una masía del s. XV en la que realizan actividades a las escuelas para conocer el entorno natural. La masía de Can Coll está en Cerdanyola del Vallès, muy cerca de Barcelona, y es un lugar ideal para ir con niños. Los domingos abren al público y se pueden visitar los animales de la granja.
Visitas familiares a la Masía de Can Coll
Cómo llegar a Can Coll
La Masía de Can Coll está ubicada en el kilómetro 2 de la carretera d’Horta de Cerdanyola del Vallès, en la comarca del Vallès Occidental (Barcelona). Can Coll es más conocido por el merendero y el Restaurante Torrent de Can Coll que por la masía. En el restaurante suelen parar los ciclistas para comer una butifarra a la brasa y suele haber muchos grupos de amigos/familiares que se reúnen para hacer una parrillada en la zona de barbacoas.
La masía de Can Coll tiene un aparcamiento dentro del recinto, pero también puedes aparcar en el párquing del área de barbacoas si tu idea es comer en el restaurante o hacer una barbacoa.
Visitas a Can Coll
La Masía de Can Coll se puede visitar los domingos por la mañana de 9:30 a 14:30 h. La entrada es libre y no tiene coste. En la entrada te dan una hoja con la información de cada una de las estancias, para que puedas recorrer la casa a tu aire. También se puede visitar por libre la granja de 11 a 13:30 h.
En la planta baja está la cocina, con lápices, hojas y rotuladores para que los niños construyan una máscara de un búho. Se puede ver el almacén, la bodega, la cava dónde se conservaban los alimentos (y dónde la temperatura baja considerablemente), etc.
En la primera planta está el comedor y las habitaciones, una de ellas con un lavabo de época. La decoración es del siglo XIX, bastante lujosa para ser una masía.
En casi todas las habitaciones hay pequeñas exposiciones relacionadas con la flora y la fauna del Parc Natutal de Collserola.
También se puede visitar la capilla dónde se proyecta un audiovisual.
Los alrededores de la masía Can Coll son muy bonitos. Detrás de ella hay una zona con mesas de pícnic.
La granja de Can Coll
Cuándo nosotros fuimos se organizaban visitas guiadas a la granja. Pudimos ver la zona de las incubadoras de los pollitos y los huevos. Ahora no sé muy bien si esta parte de la granja se puede acceder.
Después vimos la zona de los conejos. La guía sacó uno de ellos para que los niños lo pudieron tocar.
También visitamos los patos, dónde tanto niños como adultos nos metimos en su cercado y todos los niños les pudieron dar de comer.
Y por último se accede a la zona de las gallinas, pavos reales, cerditos, la vaca y el burro, dónde también los niños pudieron dar de comer a las gallinas y a los insolentes pavos reales. En todo momento la guía no para de explicar qué comen y cómo los cuidan.
Desde los corrales se ve la masía por detrás.
La visita a la granja de Can Coll más o menos dura entre 45 minutos y 1 hora, y todos los niños (y adultos) se van encantados. De noviembre a marzo se pueden hacer observaciones de aves hibernantes en la Feixa dels Ocells. Además, el Día Mundial de las Aves (que cae en octubre) hacen una fiesta. Más información.
Barbacoas y restaurante en Can Coll
Después de la visita a la Masía de Can Coll nos dirigimos a comer al restaurante, dónde por cierto comimos muy bien. El área recreativa dispone de dos zonas: el restaurante que se come a la carta (con una terraza exterior) y la zona de barbacoas que dispone de un pequeño bar dónde venden la leña/carbón, bebidas, hielo, etc. Dispone de una gran explanada para jugar. Es punto de inicio de diferentes rutas en bicicleta y a pie.
Excursión al Puig de la Guàrdia
Y para bajar la comida, hicimos una pequeña excursión al Puig de la Guàrdia, siguiendo el track en la web del Parc de Collserola). Es una excursión fácil para hacer con niños en Collserola, con alguna subida y bajada que puede ser complicada para niños pequeños. El punto de inicio es la carretera, delante de Can Coll y al lado del restaurante.
En la cima del Puig de la Guàrdia, de 199 metros, se ve Montserrat, La Mola y el Montseny, aunque no se ve demasiado bien por qué los árboles tapan las vistas.
El camino de vuelta no está demasiado bien indicado, porque hubo un momento que dejamos de ver las indicaciones y seguíamos el camino de bajada por inercia, hasta que llegamos a un punto que giramos a la derecha para volver a la zona del merendero.
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