Excursión por la Serra d’Ancosa, en la Anoia

En este artículo te explicamos una ruta por la Serra d’Ancosa para llegar a la cima del Puig Castellar, con fantásticas vistas de todas las montañas de alrededor. Además se visita un roble donde se hacían rituales esotéricos, un poblado ibérico y una sima súper profunda. ¿Te apetece caminar por uno de los rincones menos conocidos de la Anoia?

Caseta de madera del Puig Castellar en la Serra d'Ancosa

Información técnica de la excursión

  • Punto de inicio: final de la calle Major de Torrebusqueta. Ubicación en Google Maps.
  • Distancia: 10 km.
  • Tiempo: 4 horas
  • Ruta circular.
  • Dificultad: media
  • Wikiloc

Excursión al Puig Castellar

Punto de inicio: Torrebusqueta

Torrebusqueta es un pequeño pueblo que pertenece al municipio de La Llacuna, con tan solo 24 casas y cuatro calles. Al final de calle Major sale un sendero de tierra, que entre campos de cultivo y zonas boscosas, te llevará al poblado ibérico del Castellar. Verás que hay varias bifurcaciones, pero debes ignorarlas y seguir por el camino principal y más ancho.

Torrebusqueta

Esta excursión es muy fácil porque aunque son 10 kilómetros, tiene muy poco desnivel y la mayor parte del tiempo caminarás por pistas y senderos amables. El poblado ibérico del Castellar, llamado fortí del Castellar, es de libre acceso y hay muy buenas vistas. En las excavaciones que hicieron en 2020 encontraron un silo excepcional, con piezas de vajilla que se cree que fueron usadas en un banquete de gente adinerada.

Tras ver el poblado, vuelve sobre tus pasas y continúa por el camino principal que sube hasta llegar al Puig Castellar.

Puig Castellar

Esta modesta montaña de 943 metros de altura, es la montaña más alta de la comarca de la Anoia si quitamos todas las del macizo de Montserrat. Aquí encontrarás un vértice geodésico, una libreta donde apuntar que has estado ahí, unas horribles antenas y una bonita caseta de vigilancia súper fotogénica. Dicen que desde aquí las vistas son de 360º grados y que se ven los Pirineos, el macizo de Montserrat y el mar. Pero nosotros no vimos nada de nada, porque la niebla nos lo impidió. En fin, algún día volveremos para comprobar si las vistas son tan increibles como dicen.

Caseta de madera del Puig Castellar en la Serra d'Ancosa

Por detrás de la casita de madera baja una pista, que debes seguir hasta tomar el desvío que indica «Plana d’Ancosa». Sigue por el sendero, todo el rato de bajada. Pasarás por la Font de les Canals y llegarás a la Plana d’Ancosa.

A los pies del Puig Castellar está la Plana d’Ancosa, una zona que cómo su nombre indica es plana y por donde la sierra vertía sus aguas. Aumque ahora, poca agua queda. Solo una balsa de ranas. Aquí tomaremos el desvío de la izquierda para visitar el Roure d’Ancosa y l’Avenc d’Ancosa, entre campos de viñedos. Luego volveremos por el mismo camino a esta bifurcación.

Roure d’Ancosa

El roble monumental de Ancosa tiene 20 metros de altura, unas ramas y un tronco enorme. El pobre árbol ha sufrido bastante, ya que cuenta la historia que se traía aquí a los bebés recién nacidos para hacer un ritual de lo más extraño. Colocaban una madera en el agujero por donde pasaban a los niños repitiendo un conjuro, pensando que el roble de Ancosa absorvia las enfermedades de los niños.

Roure d'Ancosa

Unos metros más allá del roble está el avenc d’Ancosa, una sima que tiene 32 metros de profundidad y hasta hay estalacticas. Dice la leyenda que si tiras una piña en su interior, al cabo de una semana saldrá en la balsa de Capellades. Ten cuidado porque este agujero tan profundo está muy mal protegido y un perro se puede colar por ahí.

Masia d’Ancosa

Volvemos por donde veníamos y en este caso seguimos por el camino para llegar a la casa d’Ancosa, una masía en ruínas, a la que puedes entrar con mucho cuidado. Eso sí, no subas al piso superior porque en cualquier momento se puede derrumbar.

Muy cerca de aquí hay unas ruinas de un monasterio de monjes de la orden del Císter, utilizado como granja. Se tuvieron que ir de aqui por falta de agua y se trasladaron al Monasterio de Santes Creus. Por el camino verás el pozo del monasterio, una joya arquitectónica.

La siguiente parte de la excursión es la más aburrida y pesada de todas. La pista se hace interminable.

Serra d'Ancosa

En la próxima bifurcación hay que tomar el desvío de la derecha. Ya verñas que a lo lejos se ve el pueblo de La Llacuna,

Qué ver en La Llacuna

Ya que estás tan cerca de La Llacuna, no te vayas sin dar una vuelta por este pequeño pueblo amurallado. Tiene una plaza porticada muy bonita y portales de acceso de la muralla, cómo el portal d’en Garreta, portal de la Banya y el portal del Gavatx. Hay varios restaurantes por si quieres acabar la jornada con una buena comida.

Si lo que quieres es comer de pícnic, entonces debes ir a la Font Cuitora. Es una zona muy humeda a las afueras de La Llacuna, con mesas de pícnic, una fuente donde la gente venía a buscar agua y un enorme chopo que hasta que han tenido que apuntalar para que no se caiga.

📍 Ubicación de la Font Cuitora

Font Cuitora en la Llacuna

La Llacuna ha diseñado tres rutas fáciles para ir con niños, señalizadas con animales: son las rutas de la Font Cuitora i el Bosc del Paradís, Font de les Clotes y Font dels Horts.

Dónde alojarse en La Llacuna

En este pequeño municipio encontrarás varios alojamientos para una escapada rural. Estos son dos de ellos:

  • Ca l’Americano: un bonito establecimiento con piscina, restaurante y bar en el centro de La Llacuna.
  • Cal Riba ofrece casas con cocina, una de ellas con capacidad para 23 personas. Está en Torrebusqueta.

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