El Tren del Ciment es una línea antigua de tren que unía la fábrica de cemento Asland de Castellar de n’Hug con Guardiola de Berguedà, con el objetivo de transportar la mercancía hasta Berga y Manresa. Hoy en día es un tren turístico de 3,5 km que tiene 4 estaciones: la Pobla de Lillet (a las afueras del pueblo), la Pobla centre (en el centro del pueblo), Jardins Artigues y la fábrica de cemento Asland ubicada en el entorno conocido como el Clot del Moro.
Horarios del Tren del Ciment
El recorrido se inicia en la estación la Pobla de Lillet. Hay un gran aparcamiento y un parque infantil para hacer más corta la espera. En referencia a los horarios, es muy conveniente dejarse asesorar por el personal de la estación si queremos visitarlo todo con un cierto orden y sin prisas. Ellos te informan que es mejor visitar primero, donde comer, etc. Antes de ir te recomiendo que visites la web para consultar el calendario porque no todos los meses tienen los mismos horarios. Recuerdo que hace un par de años quisimos ir pero como era un domingo por la tarde ya no habían trenes de vuelta y no pudimos subir.
El precio del Tren del Ciment varía dependiendo lo que se quiera visitar, si solo queremos subir el tren o bien visitar la fábrica de cemento y los Jardins Artigues. Es gratuito para los menores de 5 años y los niños del Club Súper 3 tienen precios reducidos.
En la estación del Tren del Ciment también se ofrece información turística de la zona y puedes visitar gratuitamente una exposición de locomotoras, vagones, etc., todo relacionado con el mundo del tren en la Vall del Llobregat.
Realizan visitas teatralizadas durante todo el recorrido. En julio y agosto las hacen en sábado y domingo. Y los domingos de septiembre, octubre y noviembre.
Museu del Ciment Asland
El recorrido del Tren del Ciment es muy corto pero muy agradable. Nosotros fuimos en agosto y como los vagones están abiertos, no hacía nada de calor en su interior. En 20 minutos se llega a la última parada, listos para visitar la fábrica de cemento Asland, ahora convertida en un museo.
En la entrada del museo hay una pequeña tienda con objetos relacionados con la fábrica.
Puede parecer que la visita a una fábrica de cemento puede ser de lo más aburrida, pero os puedo asegurar que no lo fue. A mi hijo, que entonces tenía 6 años, le gustó nada más entrar, ya que la señora del museo hizo a los niños más pequeños responsables de repartir los cascos de obra al resto de personas.
La fábrica fue construida por orden de Eusebi Güell. Las obras tardaron más de dos años y finalmente entró en funcionamiento en 1904 y se cerró en 1975 por los elevados costes de producción. Es peculiar porque su estilo es modernista y utiliza la bóveda catalana.
La zona de exposición quizás es la más aburrida para los niños, pero no es demasiado larga. Se puede visualizar un audiovisual dónde se explica la historia de la fábrica y todos los sucesos que la llevaron a ser una de las fábricas más importantes de Catalunya. En la exposición se explica el proceso de fabricación del cemento y su uso en la construcción, así como la vida de un obrero de la fábrica.
Gracias a un curioso túnel, que es la reproducción de un horno, aprendimos el funcionamiento de la fábrica de cemento en cascada.
Cuando acaba la exposición, te debes poner el casco de obra y subir por una serie de escaleras donde se puede ver diferentes túneles, todos recubiertos de cemento, con un aspecto bastante fantasmagórico.
Las escaleras finalizan en una enorme nave dónde se almacenaba el cemento. Una escenario perfecto para una peli de terror.
Después se sale al exterior, y subiendo por un pequeño camino por la montaña, se llega a lo que es realmente la fábrica, bastante derruida pero que permite ver perfectamente lo que fue en el pasado.
Restaurante del Refugi Quatre Cases
La visita finaliza por dónde hemos entrado. Para comer, teníamos dos opciones: comer en la cantina de la estación del Tren del Ciment dónde se sirven bocadillos y menú o bien en el restaurante del Refugi Quatre Cases. Nosotros optamos por ir al restaurante. Se sube por una pista en la parte derecha del museo (teniendo el museo de cara).
Por el camino está el Xalet del Clot del Moro que es la casa dónde se alojaban los altos cargos que visitaban la fábrica. De momento no se puede visitar porque la están rehabilitando. Cerca hay zona con mesas de pícnic, buena opción si llevas tu propia comida.
El Refugi Quatre Cases es un lugar bastante pintoresco. Tienen un menú cerrado, que si no me acuerdo mal constaba de dos o tres platos de primero y de segundo, postre y bebida. Menú infantil no había o por lo menos no me lo ofrecieron, aunque en el menú había un plato de pasta.
Cuando llegas parece que no hay nadie, solo un enorme y precioso perro ladrando en la puerta. Pero una vez dentro, ya ves que la cocina está abierta y que no estás solo. No había demasiada gente y pudimos comer tranquilamente. Además hay una zona para niños con gran cantidad de juguetes. Dispone de alojamiento tipo albergue.
Después de comer y antes de que viniera el Tren del Ciment, estuvimos mirando un que tren que está estacionado permanentemente. Puedes subir a la máquina dónde hay una pantalla táctil que simula que el tren va en movimiento y además puedes hacer sonar el silbato.
Justo enfrente de la cantina hay mesas de pícnic y un pequeño parque infantil. Se agradece que todo está bastante bien adaptado a los niños. Finalizamos la jornada visitando els Jardins Artigues y tomando un helado en la Pobla de Lillet.
Ya ves que la visita al Tren del Ciment es un planazo para ir con la familia. A los niños les encanta subir a los trenes, pero mucho más si no hay ventanas y puedes ver los bonitos paisajes del Berguedà ❤️.
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